sábado, 15 de septiembre de 2007

Cavilación dieciochera


Es sábado 15 de septiembre y no tengo ganas de celebrar nada. Todavía tengo un poco de caña del carrete de anoche y ahora estoy pensando en como expresar este sentimiento de congoja que me invade. Ni siquiera sé si es eso específicamente. Quizás es solo rabia,decepción, o cansancio existencial.

Cuando pienso que ya estoy preparado para afrontar lo que sea y que todo esta bien , repentinamente sucede algo inesperado que me desencaja, alguna situación que me hace pensar que nada es lo que parece.

Ahora pienso que hay que sentarse y ver como el río fluye. Tal ves es posible que en la orilla, relajado, uno pueda mirar el caudal con detención y ver ese fondo donde se depositan todas las respuestas.

martes, 11 de septiembre de 2007

Hermann Hesse: "para nacer hay que romper el mundo"


Este es un pequeño homenaje a uno de los escritores que más han marcado el modo con el cual yo concibo la vida. Hermann Hesse es un artista de cavilaciones existenciales, de respuestas nunca definitivas y concluyentes, pero siempre lleno de reflexiones certeras. Él abre ese portal que nos permite ingresar a esos lugares misteriosos e insondables, que nos proyectan a esas dudas y certezas universales que nos acercan realmente a lo que es la condición humana.

Sidharta, Demian y El Lobo Estepario, muestra la eterna dicotomía del ser humano, la del bien y el mal. Siempre con la premisa de la evolución espiritual como fin último, Hess muestra siempre que los caminos que conducen al crecimiento son siempre complejos, insospechados y paradójicos.

En su obra lo negativo y lo positivo no son vistos como términos disociados y contrapuestos. Por eso, las luces y las sombras se funden, fluyen y se mezclan, creando una acuarela diáfana, en la cual se reflejan esas verdades trascendentes.

"El pájaro para poder crecer se debe romper el huevo", es quizás la frase que mas representa la filosofía de este escritor y poeta alemán. Una premisa certera que nos expresa que el traspasar nuestro mundo, ese que nos condiciona, es algo doloroso. Pero a la larga este vía crucis es lo único que nos permite avanzar y destruir nuestras propias barreras.