Muchos piensan que no hay nada más importante que el hogar, ese lugar que nos vio crecer, y en el cual nos sentimos acogidos y seguros. Ese espacio que es posible abandonar temporalmente, y que siempre nos dará la tranquilidad que estará ahí imperturbable mente esperándonos. ¿Pero que sucede cuando esto no ocurre?...¿Cuando tu entorno se vuelve amenazante y debes abandonarlo para refugiarte en otro país, el que supuestamente te brindará todas esas libertades y oportunidades que buscas?.
En Persepolis, la novela gráfica de Marjané Satrapi, escrita e ilustrada en forma autobiográfica, presenciamos la historia de una aguda niña, que tras la caída del Sha, ve desintegrarse la frágil estructura social iraní y que en esta película es representada por su progresista familia que es perseguida por la Revolución Islámica.
En esta entrañable historia, es posible observar la perdida de la inocencia de Marji,sus experiencias amorosas y los periplos de una niña vivaz e imaginativa, cuya personalidad contrasta fuertemente con el gris entorno de una cultura tan fracturada como la islámica. Pero, sin embargo, cuando la joven abandona su tierra y se va a buscar suerte a Europa (mostrada irónicamente siempre en colores) tampoco logra integrarse a ese distante mundo que también le es ajeno.
En el fondo Persepolis nos muestra lo difícil que es crecer y lo doloroso que resulta darnos cuentas que al final estamos solos.Que ese piso que nos sostenía y que creíamos que era tan sólido y tan nuestro finalmente se destruye. Por eso Marji tiene que lidiar con la compleja tarea de reconstruir su vida, sus vínculos y su identidad sin olvidar sus raíces y quizás por eso, después de tanta decepción, la protagonista pudo constatar que el mejor lugar para un "outsider" está adentro de nosotros.
